La Ciudad Oscura
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Demonios

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Mensaje por Admin Lun Feb 19, 2018 11:34 pm

DEMONIOS



Se dice que hace mucho tiempo, los demonios vivian en la tierra arrasando con todo.
Satanás su líder, estaba orgulloso de ellos, hasta que uno de sus demonios se atrevió a desafiarle. Dándose cuenta que sus demonios solo querian más dejándose llevar por los siete pecados que los poseían.
Para remediarlo, hizo que cada demonio albergarse solo uno de los pecados, formándose así siete clanes.

La lujuria.

La lujuria es usualmente considerada, de manera exagerada, como el pecado que incluye pensamientos o deseos obsesivos o excesivos de naturaleza sexual. Siendo que es simplemente pensamientos posesivos sobre la otra persona. Debido a su intrínseca relación con la naturaleza sexual, la lujuria en su máximo grado puede llevar a compulsiones sexuales o sociológicas y/o transgresiones incluyendo entre muchas de ellas a la adicción al sexo, adulterio y violación.
El primer demonio que albergo solo a este pecado es Barbariel, es un Demonio Superior, Duque de los infiernos, hermoso caballero que lleva lanza de estandarte o cetro, y cabalga sobre un monstruo alado. Manda 60 legiones infernales. Conoce el porvenir, los secretos de la guerra y el arte de hacerse amar por sus soldados.

La gula.

Actualmente la gula o glotonería se identifica como el consumo excesivo de comida y bebida, aunque en el pasado cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado. Marcado por el consumo excesivo de manera irracional o innecesaria, la gula también incluye ciertas formas de comportamiento destructivo. De esta manera el abuso de substancias o las borracheras pueden ser vistos como ejemplos de gula. En la Divina Comedia de Alighieri, los penitentes en el Purgatorio eran obligados a pararse entre dos árboles, incapaces de alcanzar y comerse las frutas colgando de las ramas de estos y por consecuencia se les describía como personas hambrientas. En la Divina Comedia, a los golosos los obligaban a oler el aroma de la comida sin poder degustarla.
El líder de este clan es Alastor, antiguamente era un ángel del panteón cristiano, pero siguió las ordenes de Satanás.

La avaricia.

La avaricia es, como la lujuria y la gula, un pecado de exceso. Sin embargo, la avaricia (vista por la Iglesia) aplica sólo a la adquisición de riquezas en particular. Tomás de Aquino escribió que la avaricia es "un pecado contra Dios, al igual que todos los pecados mortales, en lo que el hombre condena las cosas eternas por las cosas temporales." En el Purgatorio de Dante, los penitentes eran obligados a arrodillarse en una piedra y recitar los ejemplos de avaricia y sus virtudes opuestas. "Avaricia" es un término que describe muchos otros ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, robo y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la avaricia. Tales actos pueden incluir Simonía
Su líder es Abaddon: (El Destructor) en el libro de las Revelaciones, es el ángel o estrella del abismo sin fondo que encadena a Satán por mil años. Se dice que fue el ángel invocado por Moisés para que enviara las terribles lluvias que arrasaron Egipto. En muchos libros apócrifos, Abaddon es considerado una entidad demoniaca, como en Angel de la Muerte, como un demonio del Abismo.

La pereza.

La pereza es el más “metafísico” de los Pecados Capitales en cuanto está referido a la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia en cuanto tal. Es también el que más problemas causa en su denominación. La simple “pereza”, más aún el “ocio”, no parecen constituir una falta. Hemos preferido, por esto, el concepto de “acidia” o “acedía”. Tomado en sentido propio es una “tristeza de ánimo” que nos aparta de las obligaciones espirituales o divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran. Bajo el nombre de cosas espirituales y divinas se entiende todo lo que Dios nos prescribe para la consecución de la eterna salud (la salvación), como la práctica de las virtudes cristianas, la observación de los preceptos divinos, de los deberes de cada uno, los ejercicios de piedad y de religión. Concebir pues tristeza por tales cosas, abrigar voluntariamente, en el corazón, desgano, aversión y disgusto por ellas, es pecado capital. Tomada en sentido estricto es pecado mortal en cuanto se opone directamente a la caridad que nos debemos a nosotros mismos y al amor que debemos a Dios. De esta manera, si deliberadamente y con pleno consentimiento de la voluntad, nos entristecemos o sentimos desgano de las cosas a las que estamos obligados; por ejemplo, al perdón de las injurias, a la privación de los placeres carnales, entre otras; la acidia es pecado grave porque se opone directamente a la caridad de Dios y de nosotros mismos. Considerada en orden a los efectos que produce, si la acidia es tal que hace olvidar el bien necesario e indispensable a la salud eterna, descuidar notablemente las obligaciones y deberes o si llega a hacernos desear que no haya otra vida para vivir entregados impunemente a las pasiones, es sin duda pecado mortal.
Su líder es Abigor, demasiado vago para preocuparse de algo.

La ira.

La ira puede ser descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo. Estos sentimientos se pueden manifestar como una negación vehemente de la verdad, tanto hacia los demás y hacía uno mismo, impaciencia con los procedimientos de la ley y el deseo de venganza fuera del trabajo del sistema judicial (llevando a hacer justicia por sus propias manos), fanatismo en creencias políticas y generalmente deseando hacer mal a otros. Una definición moderna también incluiría odio e intolerancia hacia otros por razones como raza o religión, llevando a la discriminación. Las transgresiones derivadas de la ira están entre las más serias, incluyendo homicidio, asalto, discriminación y en casos extremos, genocidio.
La ira es el único pecado que no necesariamente se relaciona con el egoísmo y el interés personal (aunque uno puede tener ira por egoísmo, por ejemplo, por celos). Dante describe a la ira como "amor por la justicia pervertido a venganza y resentimiento".
Su líder es Azazel. Uno de los Jefes de los doscientos ángeles caídos, según el primer libro de Enoch. En el libro, el Apocalipsis de Abraham, se describe a Azazel como un demonio terrible con 7 cabezas de serpiente, catorce caras y doce alas. Antes de su caída, pertenecía al Coro de los Angeles.

La envidia.

Como la avaricia, la envidia se caracteriza por un deseo insaciable, sin embargo, difieren por dos grandes razones: Primero, la avaricia está más asociada con bienes materiales, mientras que la envidia puede ser más general; segundo, aquellos que cometen el pecado de la envidia desean algo que alguien más tiene, y que perciben que a ellos les hace falta.
Su líder es Balban, el demonio del engaño.

La soberbia.

En casi todas las listas de pecados, la soberbia es considerado el original y más serio de los pecados capitales, y de hecho, es también la principal fuente de la que derivan los otros. Es identificado como un deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros.
Según la Biblia, este pecado es cometido por Lucifer al querer ser igual que Dios.
Genéricamente se define como la sobrevaloración del Yo respecto de otros por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación o bien en alcanzar un status elevado y subvalorizar al contexto. También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás. También se puede tomar la soberbia en cosas vanas y vacías (vanidad) y en la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado (prepotencia).
Su líder es Bäel, demonio citado en el Gran Grimorio, y cabeza de los poderes infernales. Primer monarca del infierno. 66 legiones le obedecen, tiene tres cabezas: de humano, de cangrejo y de gato.

También se aceptan demonios del universo Dark Hunter.

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